Yo soy liviano pero duro
y aguanto una «jarta»
ni me escondo ni me arrugo
ni me da miedo de «na».
Soy viejo, pero no abuelo
flexible y juguetón
salto, corro y hasta vuelo
sin pies, ni alas ni motor.

Nunca me veréis andar
a todas partes voy corriendo
porque me quieren pegar
y hasta me pisan queriendo.

Tengo una larga historia
seguida con expectación
provoco dolor y gloria
y montañas de pasión.

Yo nunca voy vestido
siempre trabajo en cueros
por eso nunca he tenido
ropas en el ropero.

Yo no tengo cabellera
ni gorra uso tampoco
y la gente sólo espera
que corra como un loco.

Todo el mundo me conoce
me miran con atención
y las gentes se enaltecen
con fanática emoción.

La multitud me rodea
gritona y vociferante
los que más me toquetean
son los dos medios volantes
y los que más me magrean
son los «gachós» de los guantes.
Y eso a mi me cabrea
más que el viento de Levante
no me gustan las peloteras
y mucho menos el peloteo
yo lo único que deseo
que no me den con la puntera
que la verdad, resulta feo
en señores de primera.

Con más kilómetros que el Papa
el aire es mi alimento
y no hay lugar en el mapa
en el que no tenga asiento.

A nadie hago la pelota
aunque sea un gran señor
yo soy muy cabezota
y mi nombre es «balón»
unos pretenden alejarme
por los buenas o por las malas
otros luchan por guiarme
para que bese las mallas
y entre todos van a dejarme
más tieso que una mojama.

Luego tras el partido
me meten dentro de un saco
y allí «to» dolorido
suelto más de mil tacos.

Ofloda